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Infraestructuras de Conducción

Fotografía de la Acequia del Tajo     A lo largo de este siglo, al igual que en otras cuencas, el Estado ha promovido la creación de nuevos regadíos.

     Allá por el año 1.940 los regadíos en explotación sistematizados tenían solamente una extensión de 9.340 ha en la cuenca del Tajo y correspondían a los tradicionales y centenarios de los Canales de Aranjuez y Real Acequia del Jarama y los no tan antiguos del Canal del Henares.

     El origen de los Canales de Aranjuez se remonta a la época del Rey Carlos I y el motivo de su construcción fue el abastecimiento para riego y juegos de agua de los jardines de los Reales Sitios instalados en aquella localidad.

     Posteriormente sirvieron estos canales para el abastecimiento del pueblo de Aranjuez, mediante concesiones cuya unidad era el “Real fontanero” y que servía para suministrar agua a los aljibes particulares de los cortesanos que acompañaban a los reyes en sus estancias.

     Más tarde se empezaron a utilizar los canales para el riego de 120 ha y, sucesivamente, mediante su ampliación a lo largo de cuatrocientos años, se llegó a regar hasta unas 2.600 ha. En el año 1.933 fueron entregados canales y presas, por el entonces Patrimonio de la República, al Ministerio de Obras Públicas que procedió a su reparación y ampliación.

     Los riegos de la Real Acequia del Jarama tuvieron su origen en el reinado de Felipe II. Su objetivo principal pudo ser el riego de unos prados de propiedad real, denominados “La Boyeriza”, donde el soberano poseía ricas yeguadas.

     Su trazado actual es obra de Felipe V quien en 1.740 ordena la construcción de un canal que, continuando el existente, se desarrollaría a lo largo de las márgenes de los ríos Jarama y Tajo hasta Toledo y que, una vez construido, fue abandonado desde Seseña hasta su final, como consecuencia de sumideros que aparecían por la disolución de los yesos existentes en el terreno que atravesaba.

       El origen de los regadíos del Canal del Henares se remonta al año 1.863, en que se otorga a la Sociedad Ibérica de Riegos una concesión para derivar 3.000 l/s de la corriente del río Henares.

     Después de muchas vicisitudes, en 1.926 se constituye la Comunidad de Regantes del Canal del Henares que, conjuntamente con el Estado, adquiere la propiedad del canal y mediante la Junta Administrativa creada al efecto acomete la construcción del embalse de Pálmaces en el río Cañamares, que se terminó en el año 1.954, garantizándose desde entonces la posibilidad de los regadíos actuales.

     A partir de 1940 se fueron concretando en realizaciones efectivas lo que anteriormente se había planificado en materia de regadíos, a la vez que se planifican otros nuevos, poniéndose en marcha sucesivamente la construcción de nuevos sistemas de riego entre los que destacan los del Alberche en la provincia de Toledo, al amparo de la regulación del Burguillo y San Juán, y los del Tiétar, Alagón y Árrago, en Cáceres, con la garantía de los embalses de Rosarito, Gabriel y Galán y Borbollón respectivamente, entre otros de menor importancia como los de Estremera, Azután y Castrejón.

     Esto permitiría que a la mitad de la década de los 70 la superficie de los terrenos puestos en riego con obras realizadas por la C.H.T., se elevara a 94.013 ha. con la siguiente distribución por provincias: Guadalajara, 5.170 ha.; Madrid, 13.146 ha., Toledo, 20.215 ha. y Cáceres, 55.482 ha.

                                     Relación de conducciones y zonas regables públicas